Hay bodas a las que no les falta un detalle y también hay novias mañosas, si a esto le unimos que la novia, además, es una especialista en repostería, el resultado es lo que vais a ver hoy: una boda muy dulce, llena de detalles y cocinada a fuego lento. Silvia y Rubén es una divertida pareja que eligió la Finca madrileña de El Pendolero para celebrar su boda. Lo primero que me ha llamado la atención por ser la primera vez que lo he visto en un reportaje de boda es que los padres de la novia, los dos, fueron los que la acompañaron en el momento de vestirse. Lo considero un detalle súper bonito, sobre todo por parte del padre, una persona que adora a su hija como veréis más adelante. Y aunque días antes de la boda la madre se rompió la pierna y tuvo que asistir a ella en silla de ruedas, eso no le impidió disfrutar al máximo de un día tan importante. El vestido de Silvia en blanco roto, se hizo a medida, destacando los zapatos en color turquesa, la tonalidad de la boda y como tocado utilizó un broche de Lucía Be realizado con tres perlas que pertenecieron a su abuela. Otro momento muy emotivo fue cuando los novios, antes de salir hacia la iglesia, realizaron un First Look, no os perdáis la cara de él cuando la vio, quedó realmente impresionado. Después de ese primer encuentro los dos se dirigieron a la iglesia por separado. Silvia llegó con su ramo de peonías a bordo de un Citroën clásico negro, acompañada por su padre. Y en la iglesia, más emociones, ya que una prima de la novia cantó a los novios por sorpresa desde el coro. Tras finalizar la ceremonia religiosa, los invitados se dirigieron a la finca, en cuyo mirador tuvo lugar el aperitivo. Triunfó la barra libre de cervezas, que la novia personalizó con etiquetas a juego con toda la papelería y para que se mantuvieran bien frías se colocaron dentro de unos cubos de zinc de nuestra UBOshop. Triunfó el Photocall pintado por la madre de una amiga de Silvia, un gran tablón con unos novios a tamaño real. Los invitados se ponían detrás y asomaban su carita mientras una persona del equipo de Bodas Deluxe (los Wedding Planners encargados de la organización), les hacía una foto con una Polaroid que luego los mismos invitados colgaban de un árbol con su dedicatoria personal para los novios. El seating Plan también fue obra de Silvia, unas piruletas con forma de flor hechas de azúcar, en rosa para las chicas y azul para ellos. Además, sobre cada plato los invitados se encontraban una bolsita de kraft cerrada con una pinza “novio-novia” que sujetaba también la minuta y, en su interior, dos tiras de fotos en las que los novios daban las gracias por venir a sus invitados y una cajita con un anillo de caramelo para las chicas y unos gemelos con las iniciales de los novios para los chicos. Todo hecho por Silvia. Y, por si esto fuera poco, la novia también tuvo tiempo de cocinar un precioso ramo de flores de azúcar que regaló a su madre durante la cena. Pero aquí no acaban los detalles, no penséis. Todas las mesas tenían nombre de monumentos importantes de su ciudad, Madrid, por lo que Silvia días antes se recorrió las tiendas de souvenirs de la capital hasta comprar reproducciones en miniatura de cada uno de los monumentos (Cibeles, Neptuno, la Puerta de Alcalá…), las pintó y las envejeció con betún de judea para colocarlas en todas las mesas. Tras la cena llegó el momento del baile, donde nuevamente el padre de la novia quiso sorprenderla cantándole a capella la canción ‘Alba’ de Antonio Flores, piel de gallina otra vez. Junto a la glorieta destinada a albergar la fiesta posterior, los invitados se encontraban con una gran mesa de postres, todos ellos hechos por la novia (como no podía ser menos), incluida la tarta de boda, coronada por nuestros ya famosos Novios de Playmobil. Otro detalle de Silvia fue conseguir, uno a uno, todos los números de pie de sus invitadas, ya que para que pudieran bailar sin sufrir por los tacones acondicionaron un rincón con bambas tipo Victoria, cada una personalizada con un cartelito con el nombre de todas ellas. Además montaron también una mesa de tabaco sobre una rueda de cable de cobre, donde los invitados podían encontrar puros y cigarros colocados en cajitas de madera que la novia había forrado por dentro con papel de scrapbook con motivos de bigotes y besos. Y como fin de fiesta, un nuevo Photocall con un fondo de pompones con los colores de la boda y múltiples accesorios de atrezzo que animaron a novios e invitados hasta la madrugada.
Fotografía: Adrián Tomadín / Wedding Planner: Bodas Deluxe
Si necesitáis ayuda con vuestra boda podéis contactar con Bodas Deluxe a través de la sección de Wedding Planners de UBOshop