Durante la Edad Media, el centro del continente asiático fue cruzado por mercaderes de diversos países a través de la denominada Ruta de las Especias, un camino compartido que acercaba Oriente a Occidente en busca de los condimentos más exóticos. El clavo, la nuez moscada, la canela o la pimienta, se convirtieron en productos tan exclusivos como deseados. Como buena soñadora, la Ruta de las Especias siempre centraba mi atención en las clases de Historia. Cada vez que oía la palabra mercader me imaginaba un mercado repleto de haimas con grandes cuencos de madera y llamativas telas, con mucha gente yendo de un lado para otro y con el inconfundible olor de las especias flotando en el ambiente. La boda que hoy os traigo está inspirada precisamente en el exotismo de los puertos marítimos de épocas pasadas y combina a la perfección elementos náuticos con telas suntuosas. Bañada por una paleta de colores rica y variada, tiene como protagonistas al granate y al dorado, mezclados con especias como la canela y frutas como la naranja, las granadas o los higos. Una gran variedad de colores, texturas y tejidos componen un bodegón decorativo que recuerda los antiguos campamentos en el desierto. Para el momento de la ceremonia distribuyeron por todo el pasillo farolas de distintos tamaños y cuencos con frutas que dejaban entrever el altar decorado con tapices belgas y adornado con lámparas árabes, botellas de cristal y elementos náuticos como las brújulas. Tras la ceremonia los invitados fueron acomodados en haimas forradas de telas con tejidos y alfombras exóticas, a modo de campamento nómada. Una mención especial merecen las fundas de las sillas, de una suntuosidad impresionante, que recuerdan la trasera de un vestido de gala abullonado y el bouquet de la novia realizado con plumas en diversos tonos de azul. Y, después de la cena, una zona chill-out al aire libre con una mesa-chimenea en su parte central amenizó el momento de la fiesta, en la que todos pudieron disfrutar de la velada bajo la luz de las estrellas junto a una gran piscina decorada con platos de latón forjado y velas flotantes. ¡Impresionante!
Fotografía: Miki & Sonja