Hoy os traigo una de esas bodas que tanto me gustan, primero porque lleva sello nacional y encima de mi adorado Empordà, segundo porque la ilusión de los novios se respira en todas las fotografías y tercero porque cuando uno se rodea de buenos profesionales, se nota y mucho. La boda de Claudia y Joan tiene ese encanto especial de las bodas hechas con mimo, para lograrlo contaron con la ayuda de Vanessa Folguera, propietaria de Empordà Events, la empresa responsable de toda la organización y coordinación del evento. La ceremonia, de carácter religioso, se celebró en la iglesia de Sant Martí d’Empúries, un bello templo parroquial enclavado casi a orillas de la playa. La novia, para sorpresa de todos los invitados, llegó en un MG rojo descapotable de aire vintage decorado especialmente para la ocasión, regalo personal de la propia Vanessa a los novios. Tras la ceremonia los invitados se trasladaron a una finca cercana, el Cortal Gran, situada en Sant Pere Pescador. Un imponente edificio fortificado originario del s.XVII, construido junto al antiguo curso del río Fluvià. Su propietario, Juan Granada, empezó a cederla para celebraciones de amigos hasta que ya no pudo decir que no a todas las peticiones que le llegaban y decidió adaptarla para bodas y eventos especiales. Es un gran anfitrión y su gusto estético se refleja en todos los detalles de la finca. En sus jardines, Jordi Carda, propietario del catering Cal Blay y responsable gastronómico de todo el evento, fue el encargado de amenizar la espera de los invitados con un aperitivo especial servido al atardecer. Tras el aperitivo y ya junto a los novios, se dio paso al servicio de cena en el porche de la finca. Los centros de mesa mantuvieron la frescura de las bodas de campo con pequeños recipientes de cristal decorados con pequeñas flores silvestres y de temporada a juego con el resto de la decoración, de estilo rustic-chic. Y tras la cena, el baile. Impresionante el diseño del ‘tubo de luz’ por el que tuvieron que pasar todos los invitados para acceder a la zona de baile y que el fotógrafo Manel Tamayo supo captar a la perfección en sus fotografías. Preciosa también la imagen de los novios lanzando farolillos voladores al cielo en compañía de sus invitados y el romántico baile a la luz de las bengalas. El cierre perfecto para una velada realmente especial.
Fotografía: Manel Tamayo Wedding Photographer
Si os han gustado las fotografías que ilustran este reportaje, podéis encontrar todos los datos referentes al fotógrafo Manel Tamayo en el apartado de Fotografía de UBO-shop. Y en nuestra sección de Wedding Planners también encontraréis los datos de Empordà Events, la empresa encargada de la decoración y organización de la boda.