La boda de hoy es de esas bodas que respiran autenticidad por todos sus poros, de esas que tienen ese punto salvaje, de naturaleza pura, que te llevan a disfrutar cien por cien del entorno, de la familia y de los amigos, bodas que te hacen vibrar, sentirte libre y querido. Tanto Hannah como Tai tuvieron claro desde el principio que querían huir de cualquier convencionalismo e involucraron a todos sus invitados a participar en la boda, que se celebró en un antiguo campamento situado en el interior de un bosque. Querían una boda íntima y relajada, 100% hand made, en la que no tuvieran ningún proveedor externo ya que todos los enseres y decoración eran objetos cotidianos de los mismos novios o materiales que los invitados habían encontrado en el bosque, como el arco de la ceremonia, decorado por estos últimos con flores y ramas recién cortadas. La comida, las alianzas, la decoración, todo fue creado por ellos, lo que hizo que todos se sintieran especialmente partícipes durante toda la boda. Realmente se consiguió crear una comunión auténtica entre novios e invitados, convirtiéndolos también en protagonistas del día. Una complicidad que se refleja en varios momentos importantes de la boda como cuando, al finalizar la ceremonia en el bosque, todos los invitados se unen a los novios, descalzos, bajo las aguas de una cascada en un arroyo cercano. Sencillamente, espectacular!
Fotografía: India Earl