La ceremonia tuvo lugar en una pequeña iglesia en el campo, acompañada de un coro góspel africano y para el banquete y la posterior fiesta eligieron el verde y frondoso jardín de una antigua villa italiana.
La decoración, de estilo shabby chic y colores pastel, contó con mil y un detalles creados en su mayoría por la novia y confeccionados con la ayuda de sus familiares. Una gran lámpara de araña antigua colgando de la copa de un árbol, botellas de vidrio decoradas con flores silvestres, cestos de paja con plantas aromáticas mediterráneas, un columpio en el jardín, una bañera antigua cubierta de flores e incluso un pequeño cine al aire libre. Alrededor de la piscina se habilitó una zona de chill-out decorada con muebles de almoneda, velas y tumbonas para hacer más confortable la tarde. Ambos querían una cena dinámica donde los invitados pudieran moverse, hablar, caminar, descansar o bailar cuando les apeteciera, nada de corsés ni de mesas con sitting, que cada uno se sentara donde su corazón deseara. Para ello dispusieron diferentes buffets con deliciosos platos típicos italianos cocinados al momento, una gran mesa dulce y un naked cake de frutos rojos para el postre. La gran fiesta al aire libre tuvo lugar junto a la piscina. Una barra de cócteles y la música de su banda favorita de rock pusieron el punto final a una noche mágica cargada de momentos inolvidables.
Fotografía: Sarah-Jane Ethan Photography