Myriam y Jorge se casaron el pasado verano rodeados de encinas y naturaleza. El lugar elegido por los novios fue El Villar de los Álamos, una finca preciosa situada en el corazón de la dehesa salmantina. Su boda estuvo llena de detalles hechos a mano con mimo y dedicación, en los que la novia tuvo mucho que ver. Al tratarse de una boda en el campo y al aire libre, toda la decoración tuvo un marcado acento rústico aunque con un toque vintage. Rincones especiales llenos de detalles con cestas de mimbre decoradas con flores, letras de madera envejecidas, alpacas de paja, objetos antiguos y mobiliario de anticuario hacían del entorno un espacio único y diferente. Myriam, que es propietaria de una tienda de Pronovias en Salamanca, eligió la firma para sus dos vestidos de novia, el primero más clásico con escote en V y encaje con transparencias para el momento de la ceremonia al aire libre y el segundo con incrustaciones más festivo y de aire vintage, para el baile y fiesta posterior. La verdad es que los dos eran preciosos pero el segundo me robó el corazón por su espalda espectacular. El estilismo de la novia durante la ceremonia se completó con unos zapatos a juego de Jimmy Choo y un ramo de peonías blancas, una de mis flores favoritas. En cuanto al peinado, Myriam se decantó por un recogido con trenza y velo posterior, el mismo recogido que utilizó para la fiesta pero esta vez sin velo y con otro prendido. Una fiesta que contó también con música en directo y que se prolongó hasta el amanecer.
Fotografía: Hilario Sánchez