Hay bodas que respiran calma, no sé si es por el tratamiento de las imágenes, por la estética de los novios o porque quizás en el momento en el que las descubres tú misma estás intentando encontrarla. Pero me sucede en alguna ocasión y fue exactamente lo que sentí al encontrarme con la boda de hoy. Una boda sencilla, con unos novios enamorados y el entorno perfecto para hacer realidad su sueño. Cuando se comprometieron, Amy y Adam llevaban juntos varios años, él es surfista y está acostumbrado a levantarse temprano pero Amy odia madrugar, a no ser que sea estrictamente necesario. Por eso, aquella mañana le sorprendió que Adam
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Seguro que cuando todos pensamos en una boda perfecta nos viene a la mente un espectacular vestido de novia de alta costura, los mejores platos y manjares, un espacio de cuento de hadas, un sol radiante y una temperatura excelente. Pues bien, la boda de Natalia y Brian fue una de esas bodas perfectas, a pesar de que ninguno de esos detalles se cumplieran. Lo que se había planeado como una hermosa ceremonia al aire libre empezó a desdibujarse a medida que el cielo se iba volviendo oscuro y sombrío, la lluvia no se hizo esperar y los invitados tuvieron que refugiarse en una carpa reservada la tarde anterior en
Alexandra y Jared planearon su boda teniendo como punto de partida la relación familiar tan estrecha que ambos tenían con sus progenitores y con el resto de amigos y allegados. Querían que su boda fuese un encuentro familiar, sencillo, bonito y muy cuidado. Para ello eligieron una localización preciosa y muy significativa, se casaron en la parte superior de un cobertizo con vistas al estanque junto al que Alexandra creció, un lugar importante donde ella y Jared suelen ir a menudo. El aperitivo y posterior cena se sirvieron en una granja cercana famosa por su rica comida y sus verdes prados. En la decoración predominan las flores, los elementos rústicos
No me canso de decir que las bodas de otoño cada vez me gustan más y es que hay colores que son imposibles de conseguir en verano, sobre todo a ciertas horas y con una temperatura determinada y esa es una de las cosas que las hacen tan especiales. En el post de hoy os hablo de una de ellas celebrada en un sitio precioso, una antigua casa de campo catalana de principios del s.XVI, rodeada de bosque y de unos maravillosos jardines centenarios, la Masía Egara. Es una boda de otoño en la que reinó la sencillez y el buen gusto, una de esas bodas en las que se
Últimamente me estoy dando cuenta de que a medida que cumplo años, cada vez me gusta más lo sencillo y lo natural. Huyo de aglomeraciones, de banalidades, de excesos y busco la tranquilidad mental, física y también estética. A veces todavía tengo algún ramalazo de locura transitoria y me siento atraída por el otro extremo, pero cada vez son menos las veces y más las ocasiones para buscar la calma. En bodas, quizás porque la tendencia estos últimos años también ha sido la de buscar lo natural y lo slow, me sucede exactamente igual. Me atrapan las bodas sencillas, sin pretensiones, con pocos invitados pero los realmente importantes, con un
Natalia y Miguel se conocieron en la empresa en la que ambos trabajan actualmente, una tienda on-line de complementos y moda taurina que gestiona también todas las visitas a la Plaza de las Ventas, por lo que no es de extrañar que su boda tuviera algún guiño al sector taurino. Decidieron celebrar su boda en Villarrubia de los Ojos, un pueblecito de Ciudad Real del que es originario Miguel. Y aunque en principio no lo tuvieron my claro porque toda la gente del pueblo suele casarse allí, el hermano de Miguel les convenció para hacer algo diferente con catering y al aire libre y les pareció una idea perfecta. Natalia