Hay bodas que respiran calma, no sé si es por el tratamiento de las imágenes, por la estética de los novios o porque quizás en el momento en el que las descubres tú misma estás intentando encontrarla. Pero me sucede en alguna ocasión y fue exactamente lo que sentí al encontrarme con la boda de hoy. Una boda sencilla, con unos novios enamorados y el entorno perfecto para hacer realidad su sueño. Cuando se comprometieron, Amy y Adam llevaban juntos varios años, él es surfista y está acostumbrado a levantarse temprano pero Amy odia madrugar, a no ser que sea estrictamente necesario. Por eso, aquella mañana le sorprendió que Adam
