Richard & Sal: boda en el Museo Nacional
Pocos espacios hay tan imponentes como el Museo Nacional de Arte de Catalunya, más conocido como MNAC y si he de ser sincera es la primera vez que veo una boda celebrada allí. Conozco el espacio al dedillo, porque en mi época de agencia organicé varios eventos en su Sala Oval pero nunca un enlace. Está ubicado en el Palacio Nacional y si todavía no lo conocéis os recomiendo que lo visitéis porque es realmente espectacular. Poco podían imaginar Richard y Sal cuando decidieron pasar unas vacaciones en Barcelona que acabarían casándose en esa ciudad que les enamoró a primera vista y de la que les gustó todo, sobre todo su cultura y su ambiente artístico y arquitectónico. Quedaron tan atrapados por su aire cosmopolita que decidieron darse el ‘sí quiero’ con la ciudad a sus pies, por eso escogieron el espacio con las mejores vistas. Allí, rodeados de arte y bajo su impresionante cúpula, congregaron a familiares y amigos llegados de diversos lugares del planeta, desde Reino Unido hasta Los Ángeles, pasando por México, Francia e incluso Australia. El espacio en sí poco podía o debía ser decorado ya que su imponente arquitectura, sus frescos y sus esculturas ya tenían el suficiente peso para enmarcar la ceremonia, además tanto Richard como Sal tenían claro que debido a su carácter la decoración de la boda debía ser sobria y elegante, con clase pero huyendo de la majestuosidad, por eso se eligieron el blanco y el negro como tonos principales para los elementos clave. Se escogió una mantelería negra para las mesas, presididas por unos centros de mesa formados por una base de espejo sobre la que se colocaron tres jarrones de cristal cuadrados rodeados por una cinta negra y velas flotantes en su interior combinadas con hortensia blanca. El aperitivo se sirvió en la terraza del MNAC y antes de la cena, los invitados fueron sorprendidos por el inesperado espectáculo de luz y color de la fuente mágica de Montjuïc, contratado especialmente para la ocasión. Una vez finalizado, la cena se sirvió en el restaurante Òleum, en el interior del propio museo, un lugar emblemático y con historia, ya que está situado en el antiguo Salón del Trono, desde donde el rey Alfonso XIII inauguró la Exposición Internacional de 1929. A pesar de estar dentro del museo el Òleum cuenta con unos ventanales privilegiados que permiten a los comensales seguir disfrutando de las espectaculares vistas de la Ciudad Condal, multiplicadas por su techo de espejo. Como detalle final una mesa con cupcakes en blanco y negro endulzó una velada especial marcada por el arte de principio a fin.
Fotografía y Wedding Planner: Marry me in Spain