Las bodas diferentes tienen algo que me atrapa desde el principio, me refiero a esas bodas alternativas con un punto rockero y salvaje, esas en las que parece que todo se haya organizado al azar y nada más lejos de la realidad. Creo que la clave está en que transmiten una naturalidad tan espontánea que hace que todo fluya a su alrededor de la manera más sencilla. La boda de Tanya y Jon es una de esas bodas, podría decirse que es una boda rockera porque las motos han estado presentes en la vida de los novios desde pequeños, de hecho es una de las muchas cosas que les unió y que tenían en común cuando se conocieron en el zoológico de Salt Lake City, puede haber otro lugar más salvaje en una ciudad? Toda la boda gira en torno a esa temática, empezando por la propia estética de la novia, que luce un vestido de dos piezas de Grace Loves Lace Jasmine con cazadora de cuero y botines negros. El cuerpo de encaje deja a la vista su tatuaje, unas enormes flores a juego con su precioso ramo de novia XXL en tonos granates, como el resto de la decoración foral de la boda. Y como únicas joyas, Tanya luce tan solo su anillo de compromiso y un par de anillos midi. La boda se celebró en Publik Coffee Roasters, una cafetería con un espacio anexo tipo almacén vanguardista con techos altos, paredes de ladrillo y estética industrial, el lugar perfecto para la boda que querían. La novia llegó acompañada de su padre y juntos recorrieron el largo pasillo de velas y pétalos de flores hasta llegar a la zona del ‘altar’, decorado con cadenas a modo de guirnaldas que colgaban del techo enmarcando la ceremonia y que posteriormente se utilizaron como seating plan para los invitados. El resto de decoración siguió manteniendo ese punto rockero, con botellas de wisky vacías decoradas con flores junto a candelabros con velas oscuras como centros de mesa y guirnaldas de luces que suavizaban el ambiente dando un toque cálido al espacio. Porque tal y como afirma Tanya, lo más importante a la hora de organizar una boda es ser fiel a uno mismo, conseguir que la boda refleje la personalidad de los novios porque sólo de esta forma los invitados podrán reconocerlos en todos los detalles.