Aunque inicialmente se plantearon una boda exótica en Hawai (de donde es originaria la novia), por motivos familiares tuvieron que desechar la idea y acabar celebrando su enlace en su propia casa, situada en el centro de Los Ángeles y con una arquitectura muy cool. Por esa razón, la boda de Rachel y Justin se acabó convirtiendo en un evento íntimo y minimalista, cosa que no está reñida con los detalles, ya que la novia se ocupó personalmente de que todo estuviera perfecto y de que la propia decoración de la casa se viera potenciada en la celebración. Me ha gustado la combinación perfecta de los muebles modernos con la pared repleta de fotografías antiguas dedicada a la familia de ambos, en la que se mezclan cuadros de líneas rectas y actuales con otros de anticuario. También el detalle de la piñata de lentejuelas que destaca sobre la decoración lineal en blanco… ¡tan cool! Muy acertado también el vestido de la novia, de Morgane Le Fay, una composición de falda y blusa muy adecuada para el estilo del evento, así como los zapatos de Badgley Mischka. Y precioso el bouquet floral, con esos tonos tan suaves que dan una sensación de frescura en el ambiente, el punto justo para romper con la pureza minimalista, me encanta.

Fotografía: Viera Photographics