Aunque sabéis que me encanta el verano, también me gusta disfrutar de los días en los que parece que se va yendo, despacito, sin prisas, acortando poco a poco las horas de luz, haciendo las mañanas más frescas y los atardeceres menos cálidos. Me gusta observar cómo cambia el paisaje, cómo las hojas de los árboles pasan del verde más intenso a los ocres y granates más oscuros pero, sobre todo, cómo se transforma el mar, porque no hay paisaje que me produzca más melancolía que el de una playa desierta, con un mar azul cobalto, revuelto y enfadado.
La sesión de hoy rinde homenaje a esa naturaleza frágil y poderosa del mar, a ese paso fugaz del tiempo, a la nostalgia de una novia etérea de espíritu libre. Una novia atemporal pero al mismo tiempo moderna, que sabe lo que busca y lo acaba encontrando.
La modelo luce un diseño de manga larga creado sobre una cascada de gasa de seda y satén en color marfil con bordados florales y de hojas grandes. El cuello alto y el corte hacia atrás, ofrece la posibilidad de acabarlo en una lazada que cae ligeramente sobre la apertura de la espalda, acentuando la silueta femenina y dándole un aspecto de relajada sofisticación. El ramo de peonías envejecidas completa esta perfecta armonía de una novia que va más allá del mero gusto por lo estético, una mujer que busca sentirse bien dentro de su vestido de novia, que anhela poder bailar toda la noche terminando el día con la mirada puesta en esa fina línea en la que el mar se funde con el cielo desdibujando el horizonte.
Fotografía: Renee Edwards Photography / Estilismo y flores: The Wilde Florist / Pendientes: Lucilla Gray / Vestido: Leto Bridal / MUAH: Asher Artistry / Modelo: Jordan Smith de 62 Models