Buganvilla es sinónimo de verano, de calles teñidas de rosa, de paredes encaladas y mar en calma. Para mí es una de mis flores de primavera preferidas y aunque en algunos países se considera una flor exótica, en el nuestro tenemos la suerte de poder encontrárnosla en cualquier rincón, sobre todo en nuestra costa mediterránea. Es apropiada para cualquier tipo de decoración, aunque luce mucho más en exterior y su significado no puede estar más relacionado con el universo wedding, ya que significa fidelidad. La buganvilla es una especie trepadora, por lo que permite ser guiada para conseguir una estética determinada, de esta manera, es ideal para enmarcar el arco de la ceremonia en una boda ya que podéis darle la forma que más os guste, redonda, ovalada, rectangular o a modo de semicírculo decorando únicamente un lateral.
Si queréis combinarla con otras flores, debéis tener en cuenta que su colorido ya es muy potente por sí mismo, por lo que la mejor combinación posible sería mezclar la buganvilla con verdes o con especies mucho más sutiles en cuanto a color y tamaño.
En la mesa, puede llegar a ser la reina de la decoración si la utilizáis como centro o incluso colocándola a modo de camino de mesa central. A mí particularmente me encanta esta última opción, sobre todo para mesas al aire libre dispuestas en un entorno natural. En esta misma línea, también podéis utilizar la decoración suspendida recreando un ‘techo’ de buganvilla, lo que potenciará todavía más si cabe la presencia de la naturaleza. Otra opción es utilizarla para decorar las sillas de los novios, las servilletas o haciéndole formar parte de la gastronomía de la boda decorando el pastel nupcial, un postre o acompañando alguno de los platos. Y hay novias que también se atreven a lucirlas en su ramo consiguiendo un bouquet ideal. ¿Os animáis?
Fotografía: Diez&Bordons, Racel Salomon Photography, Anna Roussos, Melissa Ergo Photography, Birds of a Feather, Anna Delores Photography, Rad + in Love, Savan Photography, 5ive 15ifteen Photo Company, Pinterest