Hay algo que siempre me gusta que me regalen, no es ni caro ni original pero siempre está de moda, se trata de un ramo de flores y si es sencillo y no muy grande mucho mejor. No importa si es por un cumpleaños, un aniversario o porque ‘hoy es hoy’, el caso es que estoy segura de que prácticamente todas opinaréis como yo porque… a quién no le gusta recibir flores? Hay gente que tiene mucha mano con las plantas, no es mi caso yo soy más bien todo lo contrario, pero para las plantas se necesita una buena dosis de paciencia y de tiempo y de momento carezco de ambas cosas pero seguro que si logro llegar a jubilarme algún día lo conseguiré. La ventaja de los ramos de flores es que sabes que hagas lo que hagas no duran demasiado por lo que no es necesario cuidarlos en exceso, basta con ir controlando el agua y poco más, pero los primeros días lucen radiantes en su florero y alegran cualquier habitación y si además son ese tipo de flores de larga duración pues todavía mejor. Muchas veces nos empeñamos en regalar a nuestros invitados objetos inútiles que acaban en un cajón o cosas que no gustan a todos por igual, así que lo que os propongo hoy como regalo especial para vuestros invitados es que les obsequiéis con un pequeño ramo de flores, un detalle que podéis incluso preparar vosotras mismas combinando distintas especies o destacando una sola, como un ramo de margaritas o de pequeñas rosas de pitiminí, de flores silvestres o de lavanda, decorando los diferentes ramilletes con papeles de colores, con estampados llamativos o empleando una estética más vintage o con un sencillo papel kraft. También podéis imprimir o caligrafiar sobre el papel vuestros nombres y la fecha del enlace, todo depende de vuestros gustos, vuestra creatividad y de la línea ornamental de la boda pero las posibilidades son múltiples y el resultado… una sonrisa asegurada.
Fotografía: Aaron Dyer, Silhouetjess, Kate and birdie, One good thing by jillee, Hgtv, Country Days, Martha Stewart