Celebrar una boda pocos días antes de Navidad, por qué no? Me parece un plan súper romántico y eso es lo que hicieron Sarah e Ian, una pareja separada por la distancia. Se conocieron en Zanzíbar y desde entonces siete fueron los países donde se reencontraron antes de conseguir pasar tres semanas seguidas juntos. Los inicios de su relación estuvieron marcados por los reencuentros y las despedidas en estaciones de tren, aeropuertos y habitaciones de hotel, por eso no es de extrañar que un día y de la forma más romántica, Ian le pidiese matrimonio a Sarah y seis meses después celebrasen su enlace. Querían una boda íntima y romántica, sólo con la familia y sus mejores amigos, su intención fue regalarles un día especial ya que algunos de ellos venían de distintos puntos del planeta. El lugar elegido fue Reit im Winkl, un pequeño pueblecito cercano a la frontera con Austria, que Sarah solía visitar a menudo con su familia en su infancia. Muchos de los invitados no habían visto nunca la nieve, por lo que el paisaje que descubrieron fue espectacular, todo el campo nevado con ciervos pastando libremente por los prados, una preciosa estampa navideña que seguro nunca olvidarán. Para la boda Sarah lució dos vestidos de aire bohemio de Free People, uno largo para la ceremonia y otro corto para la fiesta a juego con un sencillo tocado de flores blancas. Le costó dar con el vestido adecuado pero finalmente lo logró llegando incluso a parecerse muchísimo al que eligió su madre para el día de su boda. El abrigo de piel se lo dejó su abuela que debido a una enfermedad no pudo asistir a la ceremonia y quiso que su nieta luciera algo suyo ese día tan especial. Como también fue especial la alianza de boda, realizada a mano por un orfebre de Sudáfrica con el oro de la familia de Ian y unos diamantes que habían pertenecido a su madre y a su abuela y que llevaban en la familia más de 120 años. Casarse delante de una chimenea en pleno invierno con los copos de nieve cayendo tras el cristal es un sueño para muchas novias y con un paisaje tan pintoresco, la decoración de la boda bohemia de Sarah e Ian no podía dejar de tener ese toque navideño, con centros de mesa decorados con flores propias de la época, piñas, ciervos, velas y muchas luces de Navidad para una boda donde la felicidad estuvo presente de principio a fin.
Fotografía: Nancy Ever Photography
