Ya sabéis que soy una apasionada de las novias felices, disfrutonas, que irradian alegría y felicidad por todos sus poros el día de su boda y siempre, también en su día a día, de esas que una no puede dejar de mirar y de recordar. Cuando encuentro novias así es inevitable no sacarlas en el blog, así que el post de hoy está dedicado a una de ellas, Laura. La principal característica de una novia disfrutona es la sonrisa, siempre permanente, y el brillo de sus ojos, es como si tuvieran dentro una luz o una pequeña estrella encendida que parpadea de manera intermitente. Son novias que te hacen sentir bien porque te contagian su felicidad consiguiendo un ambiente único y especial el día de su boda e inundándola de un halo de naturalidad y bienestar realmente terapéutico. Si habéis conocido a una novia así, sabréis de lo que os hablo. Junto a su pareja, Brice, establecieron tres prioridades fundamentales a la hora de pensar en su boda, una excelente comida y bebida, una banda de música en directo y un buen fotógrafo, y dieron en el clavo. Otra de las cosas que más me ha gustado de su enlace han sido las fotos con sus mejores amigos. Hace mucho que no voy a una boda de amigos porque a mi edad ya suelen estar todos casados pero el próximo año tengo dos enlaces que me hacen muchísima ilusión. Sobre todo uno de ellos, porque es el 25 aniversario de una pareja especial, amigos de la infancia de los de verdad, de los auténticos, los incondicionales, los que sabes que hagas lo que hagas, opines lo que opines, estés cerca o lejos, van a estar siempre contigo y tú con ellos, de esos amigos con los que has vivido momentos únicos que recordarás toda la vida. Estoy deseando compartirlo con ellos, brindar, bailar, disfrutar y hacernos un montón de fotos juntos como algunas de las que se hicieron Laura y Brice con sus damas y testigos. Sin duda son los mejores momentos, los compartidos con los amigos. Espero que disfrutéis de las imáenes y que, como Laura, seáis siempre portadoras de esa felicidad…

Fotografía: Shane Shepherd