Me apasionan las bodas internacionales, esas en las que se junta por unos días un montón de gente venida de distintos países y partes del mundo, muchos desconocidos, algunos amigos y también familiares. Tienen ese encanto de no saber quién te va a tocar en la mesa pero con seguridad acabarás la noche añadiendo varios nombres más en tu agenda. Shatha y Rami vinieron a nuestro país nada más y nada menos que desde Dubai para casarse en Marbella y, junto a ellos y como ya imaginaréis, invitados de diversos puntos del planeta, desde los Emiratos Árabes hasta Canadá, pasando por Estados Unidos, Alemania y un largo etcétera. La verdad es que su ceremonia religiosa ya se había realizado en los Emiratos Árabes, ya que allí la costumbre dicta que esta sea un acto súper íntimo con la única compañía de los familiares más allegados, por lo que el casarse en Marbella fue con la firme intención de realizar una original y divertida celebración. Y no contentos con esto, se animaron también a organizar una fiesta pre-boda para todos sus invitados el día anterior a la boda. La fiesta se celebró en uno de los locales más exclusivos de Marbella, La Cabane Beach Club, un espacio moderno y cosmopolita junto al mar que unido a la buena temperatura y al ambiente cálido de las velas hizo que todos disfrutaran al máximo quedándose con ganas de seguir al día siguiente. La boda o la fiesta oficial, organizada por Tucco Wedding Planners, tuvo lugar en el Hotel Meliá La Quinta Golf, en cuya decoración predominaron principalmente las flores, había bouquets por todas partes. Desde el primer momento hubo muchas diferencias con respecto a una boda española, para empezar, en cuanto llegaron los novios al lugar de la celebración lo primero que hicieron fue cortar la tarta y bailar su primer baile. Curioso verdad? Después dio inicio la cena donde, entre plato y plato, todos los invitados se levantaban y se ponían a bailar en una de las pistas de baile (había dos diferentes) situada en una gran terraza al aire libre. Parece como si estuviéramos rebobinando la cinta de una boda española, pero realmente así sucedió. Todo fue una fiesta de principio a fin, donde se bailaron bailes típicos árabes combinados con la actuación en directo de un grupo de música española y bailaoras flamencas, una buena fusión entre música y danza. Una vez finalizada la cena, la fiesta continuó en otra pista de baile diferente donde la sorpresa más especial fue la actuación de un violinista de música House que tocó varias performances electrónicas en vivo. Sin duda alguna una gran fiesta que logró reunir por unos días diversas culturas bajo una misma intención, la de acompañar a una pareja enamorada en el día más importante de su vida.
