Parece que las temperaturas vuelven a subir pero a estas alturas del año ya somos muchos los que empezamos a pensar en la nieve y para mí no hay nada más romántico que una sesión preboda rodeada de un helado manto blanco. Parece ser que Jaume y Jennifer pensaron lo mismo y, ya que su fecha de boda era en pleno agosto, decidieron tener la otra visión del mismo paisaje pasando un divertido día en la nieve. Como viven en Erts, un pequeño pueblecito andorrano, lo tuvieron fácil así que eligieron las pistas de Pal en Andorra, donde trabaja el novio y dieron rienda suelta a su parte más infantil pero también a la más romántica, que nunca están reñidas. Un idílico paisaje de montañas nevadas y verdes abetos abrían paso a los novios, que subidos en uno de esos trineos tradicionales guiados por perros subían y bajaban la montaña sin dejar de abrazarse. Tras el romántico paseo en trineo vino el momento de la guerra de bolas, los tropezones, las risas, caídas y otra vez más risas hasta que ya exhaustos pudieron tomarse un respiro al llegar a una pequeña caseta de madera a pie de pistas, un antiguo telearrastre que sirvió de escenario para nuevas fotos que pusieron el punto y final a una inolvidable sesión fotográfica.

Fotografía: Mònica Carrera

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